jueves, 23 de mayo de 2013

El desarrollo psicológico y cerebral en el bebé

La estimulación de las neuronas hace que el cerebro mejore.

En los últimos años, hemos aprendido mucho acerca del desarrollo del cerebro en la primera infancia (de bebé a la edad preescolar). Muchos estudios científicos nos han demostrado la importancia que tienen la época prenatal y los tres primeros años en el desarrollo cerebral. Probablemente el descubrimiento más importante ha sido ver que las experiencias que tienen los niños durante sus primeros años de vida tienen un impacto directo en la formación y el desarrollo del cerebro y que su efecto es duradero. Es decir que las experiencias que está viviendo tu pequeña(o) ahora van a influenciar el desarrollo de su cerebro y algunos de estos impactos van a ser para siempre. 

La importancia de las experiencias tempranas 
Muchos pensábamos que el desarrollo cerebral era algo genético que venía predeterminado al nacer pero ahora sabemos que las experiencias tempranas de los bebés son tan importantes como su genética. Es más, el desarrollo cerebral durante la etapa prenatal y el primer año de vida es mucho más extenso de lo que creíamos. Un ejemplo claro es el desarrollo del lenguaje. Los bebés nacen con la capacidad genética de aprender el lenguaje. Cuando son pequeños podrían aprender cualquier sonido y cualquier idioma pero su experiencia les hace aprender el idioma de su entorno e ir perdiendo la capacidad de aprender los otros a la perfección. Por eso es mucho más fácil para los niños pequeños aprender más de un idioma que para los adultos. 

¿Cómo se desarrolla el cerebro? 
Al nacer el cerebro todavía tiene que desarrollarse. La parte central del cerebro (que controla las funciones vitales y los reflejos que vemos en el recién nacido) está más desarrollada pero la parte que nos permite tener funciones y pensamientos más complejos (la región exterior del cerebro) todavía tiene mucho camino por delante. Es por eso que al nacer los recién nacidos tienen un repertorio limitado de actividades que pueden hacer y a medida que se van desarrollando, su repertorio aumenta. 
Curiosamente, la mayoría de neuronas se han creado durante los primeros 5 meses de gestación pero es la conexión entre las neuronas y la rapidez de comunicación entre ellas que nos permitirá desarrollar funciones más avanzadas como movimientos complejos, aprender a hablar, a razonar lógicamente etc. 

La conexión entre neuronas se hace a través de un proceso que llamamos sinapsis. Las sinapsis se desarrollan más intensamente durante los primeros años de vida. Cuando el niño(a) tiene ciertas experiencias (por ejemplo, si le hablamos con frecuencia), estas experiencias influirán en los circuitos neuronales. Las experiencias que se repitan con más frecuencia se fortalecerán y las que lo hagan con poca frecuencia se irán perdiendo. Es decir, si el niño(a) escucha lenguaje frecuentemente, desarrollará conexiones neuronales relacionadas con el desarrollo del lenguaje que le permitirán aprender a comunicarse, pero si no tiene estas experiencias, le será mucho más difícil aprender. Pero no es solo importante el número de conexiones sino también la velocidad y calidad de estas conexiones. Esto se hace a través de un proceso que llamamos mielinización. La mielinización empieza en el nacimiento y se desarrolla más rápidamente en los dos primeros años de vida. 

En resumen, los primeros años y las experiencias de tu pequeño(a) durante este tiempo, van a tener un efecto directo en la formación de conexiones neuronales (sinapsis) y la velocidad de procesamiento de estas conexiones (mielinización), todos factores clave en su desarrollo cerebral

¿Quiere decir esto que hemos de proporcionarle estimulación extra durante este período y llenarlo de conceptos para que desarrolle más sus habilidades? 
Hay algunos programas que prometen que van a desarrollar la inteligencia de tu pequeña(o) proporcionándole todo tipo de estimulación, pero muchos estudios de investigación nos han demostrado que estos programas no son necesarios y pueden hasta ser contraproducentes. Una relación normal con tu niño(a) llena de amor, cariño, la habilidad de responder a sus necesidades, permitirle explorar su entorno de manera segura y proporcionarle experiencias ricas en lenguaje (hablándole, leyéndole) son suficientes para un desarrollo saludable del cerebro de tu pequeñín(a) Por lo contrario, sabemos que el estrés, el abuso o negligencia infantil, la falta de nutrición adecuada, el abuso de substancias (como las drogas y el alcohol) y algunas toxinas ambientales (como el plomo) pueden tener efectos negativos a largo plazo en el desarrollo cerebral de los niños. 

Así que cuando te preguntes qué pasa en su cabecita, piensa en la explosión de conexiones neuronales que están sucediendo en todo momento (cuando resuelve un rompecabezas, cuando explora la arena en la playa, cuando intenta ponerse el pantalón por su cuenta...) y en como la variedad de experiencias que tu le facilitas le están ayudando a desarrollar sus habilidades y su cerebro. 

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